En las pasadas Navidades visitamos al Padre Peter Yang en su casa de Barcelona para felicitarle las Fiestas y también hacerle entrega de la primera parte del “Comentario Familiar del Libro del Tao de Flor de Melocotón”, realizado entre varios amigos interesados en el intercambio cultural Oriente-Occidente, así como en buscar puntos de confluencia entre la sabiduría taoísta y el Cristianismo. El Padre Peter nos explicó como para él Flor de Melocotón encuentra su ejemplo e inspiración en la Sagrada Familia de Nazaret. También insistió en preguntar cómo se puede alcanzar la plenitud del mandamiento cristiano del Amor. Su respuesta fue: “Hay cinco pasos: quietud, lentitud, rectitud, directitud y plenitud”. Asimismo insistió mucho en la tranquilidad de conciencia y en la paz de corazón pues, según la sabiduría china, cualquier persona que las conserva y queda libre de remordimientos, no tiene nada que temer, ni siquiera al mismo demonio. Sobre la paz, comentó unas palabras del padre Seguí: "Los orientales viven la paz, en cambio los occidentales trabajan por la paz". Durante la Misa celebrada por él pidió como intención común que recibiéramos al Niño Jesús como Él quiere ser recibido.

lecturasEl Libro del Tao es la obra-fuente del Taoísmo y manifestación de una sabiduría imperecedera. Os animamos a que participéis haciéndonos llegar vuestros comentarios. Cada mes haremos un resumen de todas estas aportaciones que subiremos a la sección "Documentos". Así, poco a poco, iremos componiendo entre todos un comentario al Tao de Flor de Melocotón. Durante septiembre y octubre trabajaremos el cap. 52

 

Capítulo DII

第五十二章

 

El mundo tiene un principio

llamado la madre del mundo.

Quien alcanza a la madre,

conoce a sus hijos.

Quien conoce a sus hijos,

retorna y se atiene a la madre,

así estará siempre a salvo.

Tapona tus orificios,

cierra tus puertas

y hasta el final de tu vida

tu cuerpo estará protegido de todo peligro.

Abre tus orificios,

prodiga tus ocupaciones

y al final de tu vida

no tendrás salvación.

Ver lo pequeño se llama clarividencia,

ser consciente de la propia fragilidad

se llama fortaleza.

Así podrás usar tu  luz

para retornar a la claridad originaria

y toda tu persona será inmune a las desgracias.

Esto se llama atenerse a lo incorruptible.

"¡Viva la Pepa!, camarada", ciudad y religión en los ojos de un viejo sacerdote chino. un documental dirigido por Paula Sarmiento.

¡Viva la Pepa!, Video